El entonces veterano periodista, Victor Antonio “ Tito” Handal (QDDG), sostenía en su programa Panorama Deportivo de Radio Internacional, que la lucha de los comunicadores debería ser, la promoción del popular deporte.

Que no muera el fútbol y que viva el fútbol, repetía. Esas frases del extinto tienen carta de ciudadanía, actualmente, la crisis del balompié pasa por el comportamiento de los aficionados en los estadios. Las llamadas barras, de todos los equipos, lo que menos hacen es ayudar a las instituciones que dicen amar y más bien, con sus actuaciones corren a los aficionados de los estadios.

Además de lo anterior la quema de pólvora para los equipos locales les cuesta multas aplicadas por las comisiones de disciplina.

Se agrega a eso el mal comportamiento como lo sucedido en el encuentro del estadio general Francisco Morazán, Real España Olimpia (0-1). Sin que nadie sepa como el candado del portón de sol sur, que dá a la cancha fue abierto y se provocó una invasión, por seguidores de Real España, al terreno de juego.

Conocidos los hechos por la Comisión de Disciplina le dan de castigo a Real España, dos partidos a puerta cerrada, más una sanción económica de 30 mil lempiras. No se salva el Olimpia y por los disturbios de su barra se cala también 30 mil lempiras de multa.

He venido sosteniendo que quienes trabajamos con la información deportiva usufructuamos lo que acontece en el balompié profesional, sin que nos cueste un tan solo centavo.

Allí es donde es valedero las expresiones de “Tito” Handal, pues en vez de hacer apología del mal comportamiento de los llamados aficionados, deberíamos ayudar a los dirigentes que mantienen vivo el fútbol con sus aportaciones, para que se den los correctivos.

El castigo que los clubes no desean es tener que pagar con pérdida de puntos. Pero se hace necesario se busque el sistema para detener desde las comisiones de disciplina los desastres de los aficionados de todos los equipos en los estadios. CONCACAF y FIFA no le andan buscando las costuras al balón y todos esos desaguisados los castiga con severidad.

No podemos matar el fútbol por actitudes reñidas con el buen comportamiento que se debe tener en los estadios.

Asi que no debemos olvidar las palabras sabias de Victor Antonio Handal, ¡que viva el fútbol!. Lo contrario será como la crónica de una destrucción anunciada, entonces si morirá el balompié.