Después de 10 semanas de ausencia, Cristiano Ronaldo se presentó el martes a la ciudad deportiva de la Juventus y salió sonriente al cabo de tres horas.

El cinco veces ganador del Balón de Oro debió cumplir un aislamiento de 15 días en su residencia de Turín tras pasar el confinamiento en su natal Portugal.

No había estado junto a sus compañeros desde que los líderes de la Serie A vencieron 2-0 al Inter de Milán el 8 de marzo, tras el cual viajó a Madeira, la isla donde nació.

La Serie A fue suspendida al día siguiente cuando el gobierno italiano ordenó una cuarentena en todo el país. La liga confía reanudar la temporada el 13 de junio si logra llegar a un acuerdo con el gobierno, que ha prohibido los eventos deportivos hasta el 14 de junio.

En el exterior de las instalaciones deportivas de la Juve en Turín, varios periodistas y fotógrafos aguardaron por Ronaldo, quien llegó solo al volante de un Jeep. Fue el primero de varios jugadores de la Juventus que se marcharon de Italia durante el confinamiento que se han reportado de vuelta con el equipo.

Cuando abandonó las instalaciones, Ronaldo bajó la ventana del vehículo, sonrió y saludó con el pulgar arriba.

Como todos los jugadores de la Serie A, el delantero se sometió a una prueba para detectar el coronavirus y otras pruebas físicas. Juventus no divulgó de inmediato los resultados de las pruebas.

Tres jugadores de la Juve — Paulo Dybala, Daniele Rugani y Blaise Matuidi — dieron positivo por COVID-19 durante el confinamiento. Los tres se han recuperado.

Ronaldo se encontraba en un gran nivel al momento de la paralización del fútbol italiano, con 21 goles en 22 partidos de la Serie A. En su penúltimo partido antes de la suspensión, Ronaldo festejó su partido oficial número 1.000 firmando un gol por 11mo partido seguido en la liga. Ello le permitió igualar el récord de la Serie A que Gabriel Batistuta estableció en 1994 e igualado por Fabio Quagliarella la pasada temporada.