El fútbol de Honduras no ha cambiado, por más que unos hagan más que otros o inviertan más dinero en hacer equipos de alta gama, con la capacidad de competir y ser protagonista de un torneo como el nuestro.

Ahora bien, esto es desde el punto de vista administrativo, donde los directivos e inversionistas del equipo se encargan de inyectar miles de lempiras en jugadores con un nombre y una competencia de la más buena para nuestro nivel.

Después viene el caso deportivo, lo que pasa en la cancha y lo que al final es lo que define copas y títulos. El caso del Marathón es digno de analizar desde ambos puntos de vista, el administrativo y el deportivo.

El equipo sampedrano ha sido un total y rotundo fracaso, en lo deportivo claro, con un equipo de miedo que tenía la idea de ser el campeón nacional. Marathón está último en la pentagonal, con apenas dos puntos sumados y eliminado de forma prematura del campeonato.

Los sampedranos pintaban para cosas grandes esta temporada, sobre todo con su intenso arranque, con dos victorias consecutivas al Real de Minas y Vida, y logrando un invicto que le duró seis fechas completas. Este desempeño le adjudicó, tarde o temprano, el primer lugar de la tabla, que logró sostener por la gran mayoría del torneo.

Grandes resultados obtenidos en las vueltas regulares logró el monstruo verde, con buenos resultados ante los grandes y lo quizá lo que más han celebrado esta temporada, derrotar dos veces a su archirrival, Real España.

La hecatombe deportiva inició el 18 de septiembre del presente año, cuando Marathón recibía a un pobre y último Real Sociedad en su estadio, su fortín, el estadio Yankel Rosenthal, donde se coronaron campeones por última vez.

El equipo verdolaga entró sobrado y confiado a ese partido, pues claro, marchaban líderes del torneo y con una buena diferencia por sobre sus rivales. En el juego de ese miércoles, Mario Martínez, flamante nuevo fichaje del equipo verde, iba a ser expulsado tras pegarle una gran patada a un oponente, lo que significó que el equipo jugaría con 10 hombres la mayoría del partido. Esto complicó a los sampedranos, que se iban con un amargo 0-0 y dejaban ir los primeros dos puntos de los seis que significaron el primer gran fracaso.

Al igual que ese empate, Marathón también empató contra Vida y contra los Lobos de la UPN, que al final significaron seis puntos que el equipo sampedrano perdió de forma impensada y que también, eran la diferencia que los habría catapultado como el primer lugar del torneo.

La realidad era esa, Marathón se sometía al sufrimiento, como es costumbre, y dependía de otros para conseguir el primer lugar del torneo, esos equipos que no fallan y que son realmente letales. Marathón iba a Tegucigalpa con la vida puesta en las manos del león, que no iba a perdonar a un pobre monstruo, que no supo ni por donde entrar al estadio Nacional.

Esto significó el primer gran fracaso verde en el torneo, perder el primer lugar con todo dado para ser los líderes y posibles campeones, pero como ahora la Liga Nacional es tan benevolente, los cinco clasificados entraban a una "pentagonal", una segunda oportunidad para lograr el objetivo de jugar una finalísima y ser campeón.

Pero cuando algo no es de uno, no lo es, Marathón no pudo ni ha podido en la pentagonal, sumando apenas dos puntos en 3 partidos jugados, que lo dejan fuera de la competencia sin necesidad de jugar su último partido.

Además, el equipo verde tendrá que visitar Tegucigalpa, ante el Olimpia, el ganador de las vueltas regulares y el líder de la pentagonal. Con una victoria de los leones, serían los nuevos campeones del Apertura 2019-2020, pero desde el punto de vista verdolaga, ¿que se juega el Marathón?

Los verdes se juegan la posibilidad de ser subcampeón del torneo perdiendo el partido ante el Olimpia y abrirse a la oportunidad de participar en un torneo internacional. La otra es jugarse el honor, que ya está por los suelos, y tratar de ganar o empatarle al león, que terminaría por perder el subcampeonato.

Las políticas en el fútbol siempre estan y siempre han estado, los equipos velan por sus intereses y de eso viven. Lo administrativo al final es lo que perdura, el fútbol es lo que nos alimenta el ego a los aficionados y analistas del deporte, que buscamos entretenimiento y el fútbol nos lo ofrece.

Finalmente, Marathón es lo que es, y este año no fue la diferencia, una gran inversión realizada terminó por no marcar una diferencia, la historia sigue siendo la misma y ahora tendrá que ver celebrar al rival en su cara, con el fin de por lo menos obtener un beneficio, que sabe a muy poco para lo que se tenía en mente, un equipo ostentoso que terminó en lo mismo, con sueños.