Después de una jornada inicial del proceso en la que no pronunció palabra, el futbolista brasileño Neymar decidió adelantar su declaración por pedido de sus abogados a la Audiencia de Barcelona para asegurar durante el juicio que investiga supuestas irregularidades en el polémico fichaje que lo llevó del Santos FC al Barça en 2013 que él firmaba los documentos que su padre le daba.

“Eso todo siempre lo cuidó y siempre lo ha cuidado mi padre, que siempre ha sido responsable de esto. Yo firmo lo que él me dice”, sentenció Ney interrogado por sus abogados, quienes alegaron que el atacante debe jugar con el Paris Saint Germain, en la liga francesa el viernes y en la Champions League el martes siguiente.

El atacante brasileño de 30 años, que es acusado por la Fiscalía de corrupción y podría recibir una pena de dos años de cárcel con una multa económica de 10 millones de euros (USD 9,7 millones), se ha limitado a responder a los interrogantes que hicieron sus defensores.

Al ser consultado sobre si intervino en la negociación, Neymar explicó que siempre tuvo claro que quería jugar en el Camp Nou: “Sabía que había rumores de otros clubes. Siempre quise jugar en el Barcelona, era mi sueño jugar allí cuando saliera de Santos. Había muchos clubes que querían que fuera. Pero desde niño quise jugar en el Barça y seguí a mi corazón. Pude ir al Real Madrid, no me acuerdo de más. En el último momento tuve que elegir entre los dos y fui al Barcelona”.

Tras su declaración de este martes, Neymar no tendrá necesidad de volver a estar presente en el juicio, aunque puede declarar nuevamente antes de que el proceso finalice (31 de octubre) por videoconferencia.

Los padres de Neymar, junto con Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu –ex presidente del Barcelona– y el ex dirigente del Santos Odilio Rodrigues Filho, también son procesados, al igual que tres entidades jurídicas: el Barça, el Santos FC y la firma DIS por haber ocultado supuestamente el monto real de su traspaso al Barça en 2013. El club tasó inicialmente el fichaje en 57,1 millones de euros (40 millones para su familia y 17,1 para el Santos), pero la justicia española estima que alcanzó al menos los 83 millones.