Olimpia no para de demostrar porque es el equipo más grande del istmo centroamericano y porque su nivel competitivo no tiene comparación cuando se trata de levantar títulos y consagraciones.

El equipo albo logró coronarse por segunda vez de la Liga Concacaf anoche tras empatar 2-2 ante la Liga Deportiva Alajuelense y llevarse el resultado global 5-4, logrando así ser el único equipo en lograr dos títulos de este certámen.

La historia siempre beneficia al equipo olimpista y esto no es por mera casualidad. Esto ocurre por años de historia de un club organizado y que toma las decisiones claves cuando corresponde, además de contratar jugadores de alto nivel y vestirlos con su piel de ganador.

El sentimiento albo es real y es incomparable. El aficionado albo se distingue por acostumbrarse a ganar títulos y colocar a su equipo entre los clubes más laureados en la historia dentro del istmo centroamericano.

Como bien dice su canción oficial, "Olimpia es el papá" y no cabe duda de esto. El Viejo León puede ser viejo pero no para de ganar y hacer a su afición la más feliz del mundo. Ayer lo volvió a demostrar levantando su segundo título de Liga Concacaf en dos finales disputadas. La efectividad del 100 por ciento debe ser una lección para otros equipos del país que no pudieron hacerlo en tres ocasiones diferentes.