Ser del albo es ser feliz, o por lo menos eso dicen sus miles de aficionados en el país y el mundo. Anoche, Olimpia demostró de lo que es capáz cuando tiene un sueño por cumplir, que más que un sueño es un deber para su afición y su historia.

El equipo dirigido por Pedro Troglio se impuso 1-0 en un emocionante partido que quedará para la historia entre dos rivales eternos de la capital del país. El único gol del encuentro fue marcado por Carlos Sánchez sobre los últimos minutos del juego.

Pero más allá del resultado, el contexto del partido es una historia aparte. Olimpia se quedó con un jugador menos desde el minuto 27 con la expusión por doble amonestación de German Mejía. Desde entonces, el conjunto albo tuvo que demostrar de que estaba hecho con un hombre menos en cancha.

Aún así lograron sostenerse, con mucho órden y la concentración que ameritaba la situación. El juego se niveló cuando salió expulsado Marcelo Pereria, también por doble amonestación, ante un acto de mucha inmadurez que benefició al albo.

El juego, tarde o temprano, se resolvió en favor de los blancos, que lograron clasificarse a una nueva final de Liga Concacaf, y de nuevo ante su rival de ciudad.

Ahora buscará hacer realidad ese sueño de conquistar otro título internacional como lo hiciese en 2017. Esta vez tendrá que enfrentar al viejo conocido Alajuelense, dirigido por el también viejo conocido Fabián Coito, que eliminó a Real España de una posible final hondureña.

Este partido está programado para el próximo 25 de octubre en el estadio Nacional de Tegucigalpa, con el partido de vuelta disputándose en Costa Rica el 3 de noviembre del mismo año.