Autoridades estadounidenses ejecutaron una redada migratoria sin precedentes en la planta de fabricación Hyundai Metaplant, ubicada en Ellabell, cerca de Savannah, Georgia. Este operativo resultó en la detención de entre 450 y 475 personas, en su mayoría ciudadanos surcoreanos e inmigrantes hispanos, lo que lo convierte en uno de los más grandes realizados en un solo sitio.

El trabajo en la planta, centrada en la producción de vehículos eléctricos y baterías, se vio interrumpido parcialmente, aunque Hyundai aseguró que la operación de manufactura no se vio afectada.

El operativo fue el resultado de una investigación de varios meses sobre presuntas prácticas laborales ilegales, y fue llevado a cabo por múltiples agencias federales, incluidas ICE, HSI, el FBI, la ATF, la DEA y la Patrulla Estatal de Georgia.

Imágenes captadas por testigos muestran a trabajadores huyendo, algunos ocultándose dentro del sistema de aire acondicionado o en áreas boscosas cercanas, mientras otros intentaron escapar incluso nadando en estanques de aguas residuales dentro del complejo.

La proporción significativa de ciudadanos surcoreanos entre los detenidos —se habla de más de 300 individuos— ha generado una tensión diplomática con Corea del Sur. El gobierno surcoreano expresó su “preocupación y pesar”, movilizando personal consular y anunciando planes para repatriar a sus ciudadanos lo antes posible.