OMS reconoce que el COVID-19 se puede convertir en endemia
Desde el organismo dejaron ver como una posibilidad cierta que el SARS-CoV-2 no desaparezca y el mundo deba “prepararse para convivir con él”.
14 Oct 2020. 03:08 PM
Durante una conferencia virtual, el director de Emergencias Sanitarias de la OMS, Mike Ryan, señaló que, si bien es muy complicado predecir la manera en que evolucionará el virus, “debemos prepararnos para convivir con él. Puede convertirse en otro virus endémico y no desaparecer. Si encontramos una vacuna muy efectiva, podemos distribuirla a todo el que la necesite y podríamos tener una oportunidad de eliminar el COVID-19”.
Mientras las propias entidades internacionales van dibujando la ruta mientras circulan, atribuirse la posibilidad de reconocer cuál será el futuro de lo que viene en materia de coronavirus es casi pretender acertar la lotería. Hans Heesterbeek, Catedrático de Epidemiología Teórica de la Universidad de Utrecht, abre una posible ventana para esclarecer algunos escenarios posibles. “Según la experiencia con otras infecciones -explica-, hay pocas razones para creer que el SARS-CoV-2 desaparecerá pronto, incluso cuando las vacunas estén disponibles. Un escenario más realista es que se agregará a la familia (grande y creciente) de enfermedades infecciosas que se conocen como “endémicas” en la población humana”.
Un principio que abre algo de desazón en aquella idea soñada de volver a lo que se era antes de Wuhan.
El hecho de que la gran mayoría de las personas sigan siendo susceptibles significa que hay suficiente combustible para que el fuego siga ardiendo durante bastante tiempo. Este será el caso incluso si ubicaciones específicas alcanzan lo que se conoce como inmunidad de población (o manada) (y no está claro aún que tan probable es que esto suceda). Este concepto implica que un virus comienza a debilitarse cuando la cantidad de personas infectadas es masiva o han sido vacunadas. Sin embargo, aún en un suceso como este, no se implica que su acción desaparecerá instantánea o completamente.
Ninguna medida de aislamiento es tan fuerte como para detener por completo la interacción humana entre regiones, dentro y entre países, o globalmente. Una prueba que ha sido claramente demostrada, a tal punto que la propia OMS ha puesto en duda si los confinamientos han sido una estrategia adecuada. Sin contar los daños colaterales que han resultado tan o más complejos como la propia enfermedad.
En teoría, una infección se vuelve endémica si, en promedio, cada individuo infectado la transmite a otra persona. En otras palabras, cuando el número de reproducción (R)=1. En comparación, durante una epidemia cuando la propagación de la enfermedad está aumentando, R es más de 1, y cuando la propagación disminuye mediante medidas de control o inmunidad de la población, R es menos que 1.
Mientras haya un suministro suficiente de personas aún susceptibles a la enfermedad para que cada persona infectada se la transmita, ésta seguirá propagándose. Este suministro se puede reponer de varias formas, según las características de la enfermedad.