La realidad de lo que sucedió anoche en Guadalajara tiene muchos matices que vale la pena analizar para el futuro del fútbol en Honduras. La primera es que las distancias entre el nivel deportivo de los países de Norteamérica estan muy por encima de lo mejor que ofrece Centroamérica, y tal fue el caso ayer con la estrepitosa eliminación de Olimpia de la Liga de Campeones de Concacaf.

Olimpia llegó con una ventaja de 4-1 para enfrentar a un Atlas que se encontraba en un muy mal estado de forma, con once partidos sin ganar y con un entrenador en la cuerda floja tras la terrible temporada.

Bajo esa premisa, Olimpia tenía el mayor porcentaje de clasificarse por el abultado resultado del juego de ida y por el mal momento de su rival, pero ni eso ajustó para hacer historia. Atlas vapuleó 4-0 a los albos y firmó la peor noche de la historia en la era Troglio.

El marcador global terminó 5-4 en favor de los mexicanos que se clasificaron con todo en contra. Para Olimpia y el fútbol de la región este fue un baño de realidad deportiva. Las distancias de calidad y nivel son muy superiores en ese país y se demostró ayer una vez más.

Los albos no pudieron ni competir en el estadio Jalisco ante un rival que abrumó en todos momentos a su rival. Salvo el disparo de Jorge Álvarez que salvó increíblemente el arquero Vargas, Olimpia no hizo nada para merecer la clasificación y estuvo a merced de su rival en todos los momentos del partido.

La eliminación del conjunto albo deja con muy pocas posibilidades de que haya un equipo de la región en los cuartos de final del torneo. Real España juega hoy ante Vancouver Whitecaps pero deberá remontar un resultado de 5 goles en contra lo que lo hace muy poco probable, y Motagua visitará el estadio Hidalgo al poderoso Pachuca tras el empate 0-0 en la ida.

Olimpia compitió hasta donde le ajustó en esta competencia como lo hizo en el 2020 donde alcanzó las semifinales de forma asombrosa. Eso sí, en esa ocasión enfrentó a dos rivales estadounidenses y uno canadiense, pero cuando lo hizo contra Tigres de México salió goleado y eliminado una vez más.

El sabor agridulce del 4-1 de local quedó en nada más que sensaciones de querer demostrar de lo que Honduras es capaz de hacer cuando existe compromiso y trabajo. Siendo realista, la situación sigue siendo la misma y queda mucho por hacer para acercarse a los clubes de la élite en el continente.