El partido de vuelta de los octavos de final de UEFA Champions League entre el Barcelona y el PSG ha sido un éxito, emocionante, alto nivel y goles, como cualquier futbolero esperaría al máximo nivel.

En la primera mitad fue un Barcelona imponente y ofensivo, sin miedo a nada y con ganas de ganarlo todo. Jugó a un nivel excepcional, como en los tiempos de Pep Guardiola, pero sin la efectividad que caracterizaba a este equipo.

Por cosas del fútbol y del VAR, el equipo parisino logró marcar una diferencia a través de un penal que a simple viste no pareciera, pero que si se confirmó a través del sistema. Mbappé, verdugo del equipo catalán, anotaba su cuarto gol de los 5 anotados al Barcelona.

Pero Messi apareció y de una manera excepcional para levantar a su equipo. Un sublime zapatazo de zurda a 30 metros del área clavó un tiro en el marco de Keylor Navas que sería el 1-1. El Barcelona apretó sin dejar caer el momentum y consiguió un penal en el último minuto del agregado.

Lo que sucedió luego es una historia que fue determinante en esta eliminatoria. Messi se enfrentaba a Keylor Navas desde los 11 pasos, pero fue el tico que se impuso sacando un penal que era un golpe de motivación para los culés de cara al segundo tiempo.

El Barcelona no logró concretar esa remontada, como lo hizo saber su entrenador Ronald Koeman, no iba ni fue fácil luego de un 1-4. Lo que si es cierto es que el Barcelona puede trabajar sobre esta base, que deja esperanzas de un proyecto futuro que lo que busca principalmente es convencer a Messi de ser su líder. El argentino se la va a pensar, seguro, luego de esta exhibición de su equipo.

El PSG se clasifica y jugará los cuartos de final por otro año consecutivo, recordando que su estrella, Neymar, no jugó esta eliminatoria contra el Barcelona, pero seguro estará en lo que viene, potenciando al equipo francés como uno de los principales contendientes al título europeo.