La victoria del PSG sobre el Saint Etienne por 3-1, correspondiente a la decimoquinta fecha de la Ligue 1, dejó más preocupaciones que sensaciones de alivio tras el silbatazo final después de la escalofriante lesión que sufrió el brasileño Neymar a minutos del final del partido.

El brasileño, de buen partido, tuvo que abandonar el terreno de juego a los 88 minutos a bordo de una camilla y entre lágrimas, producto de una torcedura de tobillo que despertó las alarmas en el cuadro parisino que hasta ese momento se imponía por 2-1.

En la jugada en cuestión, el ex Barcelona se encontraba disputando el balón con el defensor Yvann Maçon en el centro del campo. El futbolista del Saint Etienne se tiró a los pies de Ney para intentar cortar la jugada y fue allí cuando el Diez del equipo parisino pisó su pierna involuntariamente torciéndose el tobillo.

Las imágenes que mostró la repetición resultaron escalofriantes ya que se pudo ver el momento exacto en el que el pie del brasileño se dobló por completo, provocando su caída inmediata sobre el terreno de juego.

La preocupación comenzó a apoderarse del estadio cuando las cámaras mostraron los gestos de Neymar pidiendo a gritos el ingreso de las asistencias médicas, quienes tras atenderlo unos segundos en el campo, lo retiraron en camilla.

El ex Barcelona se llevó las manos a la cara y abandonó la cancha entre lágrimas sabiendo, quizás, que se perderá los siguientes compromisos del cuadro parisino, entre ellos el de éste miércoles frente al Niza, inmediato perseguidor con una diferencia de 14 puntos.

A falta de un comunicado oficial, y aunque todo parece indicar que se tratara de un esguince, las sensaciones no son buenas en la capital francesa.

La lesión del brasileño fue el único punto negativo en la victoria del PSG como visitante, en la que Lionel Messi repartió tres asistencias para la llegada de los goles parisinos. A los 43 minutos, el argentino asistió a través de un tiro libre a Marquinhos, quien puso el 1-1 de cabeza antes del cierre del primer tiempo.

A los 80, el ex capitán del Barcelona habilitó a su compañero de selección Ángel Di María por la banda derecha para que pusiera el 2-1 y finalmente, a los 88 volvió a asistir al defensor brasileño para sentenciar el encuentro.