Este 30 de mayo se cumple un año exacto de la peor paliza que Honduras ha recibido en cualquier división de fútbol. Esta vez fue en el Mundial sub-20 ante la selección de Noruega, un equipo en el que brillaba un Erling Haaland, que se marchó con 9 anotaciones solo en ese encuentro y luego terminó como el delantero codiciado por media Europa.

La grave caída de 12 goles ha supuesta una de las peores historias que una selección de Honduras ha vivido, sobre todo porque un solo jugador nos anotó 9 goles y marcó un precedente del cual siempre se hablará de forma negativa contra nuestros muchachos en próximas representaciones.

La selección de Honduras nunca ha tenido un traspié tan grave como este y todo sucedido a consecuencia de una mala gestión deportiva y administrativa de parte de todo el organigrama de la Federación Nacional de Fútbol de Honduras (FENAFUTH).

De la mano de Fabián Coito, Honduras cuenta con un experto en el manejo de jugadores jovenes, tal y como lo demostró en las selecciones juveniles de Uruguay, en las que entrenó a estrellas mundiales como Luis Suárez, Edinson Cavani o Diego Forlán.

No es para menos que la gestión debe ser manejada desde un punto de vista más futurista, en manos de un entrenador que sabe ganar este tipo de torneos y que básicamente deberá readecuar desde su concepción el fútbol practicado desde "los semilleros" del país.