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EEUU y Rusia regresan a una tensa “estabilidad estratégica”

Las diferencias provocadas por los ciberataques en contra y la violación de los derechos humanos son insalvables, según varios analistas políticos.
17 Jun 2021. 10:00 AM

Estados Unidos y Rusia acordaron regresar a una “estabilidad estratégica”. Ninguna de las dos potencias está interesada en una nueva Guerra Fría. Pero no disimularon las diferencias profundas que tienen y coinciden en que todavía hay un largo camino para llegar a un acercamiento. Años luz de lo que fue la última cumbre, en 2018, en Helsinki, cuando Donald Trump se mostró muy confortable junto a Vladimir Putin y aseguró que le había creído al ruso cuando este le dijo que su país no había interferido en las elecciones presidenciales del 2016 a pesar de las abrumadoras evidencias que existían en contrario. Tampoco Trump cuestionó las violaciones a los derechos humanos del Kremlin. En esta reunión de Joe Biden con Putin, ayer en Ginebra, se anunciaron algunos avances –regreso de embajadores, armas nucleares, cambio climático- pero fue notable la tensión entre los dos presidentes en relación a los ciberataques de los hackers rusos a empresas y organismos públicos estadounidenses y el tratamiento hacia los disidentes como Alexei Navalny.

“No se necesita creerle a alguien para llegar a un acuerdo”, definió Biden en la posterior conferencia de prensa. Y dijo que se daba “3 o 6 meses” para “ver cómo van las cosas” con su par ruso. De acuerdo a su versión, “le dejé muy en claro que las consecuencias (de seguir con los ciberataques) serían devastadoras para Rusia”. Putin volvió a negar que su país estuviera detrás de las interferencias y aseguró que Navalny “se la había buscado” y por eso estaba en la cárcel. “Si llega a morir en la cárcel, será una muy mala señal de lo que es Rusia”, contestó el estadounidense. La réplica vino durante la conferencia de prensa separada que dieron los líderes. “Estados Unidos”, dijo Putin, “apoya a los grupos de la oposición en Rusia para debilitar al país, ya que ve a Rusia como un adversario”.

La cumbre se realizó en Villa La Grange, una magnífica mansión del siglo XVIII a orillas del lago Leman con vista al Jet d´Eau, la bocanada de agua que se eleva por varios metros y es el emblema de Ginebra. En el momento de la foto dándose la mano, se produjo el primer encontronazo pero no entre los presidentes sino entre los periodistas rusos y estadounidenses que entraron a los empujones y las trompadas para conseguir una mejor ubicación. Fue un escándalo que Putin y Biden presenciaron con sonrisa congelada. “Nada sustituye una reunión cara a cara”, dijo el estadounidense. El ruso asintió y se quejó de los Zooms. Los guardaespaldas terminaron con la trifulca de la prensa y con las fotos. De esa manera comenzó la primera sesión de diálogo que duró una hora y 33 minutos. Estuvieron acompañados por el Secretario de Estado y el canciller ruso, además de los traductores.

En la Era de la Incertidumbre que estamos atravesando y la Revolución Científico-Tecnológica que le da marco, es muy difícil definir políticas de largo plazo. Aunque se mantienen algunos fundamentos básicos como las formas de impedir la confrontación militar; gestionar la competencia global entre Estados Unidos, China y Rusia, y las rivalidades regionales que implican países como Irán, India, Pakistán, Israel o Corea del Norte; “ejercer una moderación unilateral y paralela en los despliegues y doctrinas”; y “el fomento de la confianza y otros mecanismos de prevención de conflictos”.

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