La crisis del coronavirus en Italia ha continuado este día, cuando se dieron a conocer 189 casos de fallecimientos en las últimas 24 horas por el COVID-19 en el país, llegando a 1,016 casos confirmados hasta la fecha.

El jefe de la Protección Civil italiana, Angelo Borrelli, ha vuelto a subrayar esta tarde que la gran mayoría de los fallecidos eran personas ancianas o con patologías previas. También ha remarcado que los 1.153 que están en cuidados intensivos representan un 10% de los actualmente enfermos y que 1.258 se han curado.

Pero igualmente, la fotografía es cada día más descorazonadora en Italia, el país del mundo que ya suma más contagios después de China, con más de 15.100 personas diagnosticadas. Borrelli incluso ha dicho hoy que la distancia de un metro recomendada entre personas también se debe mantener en familia. “ Un poco de prudencia creo que no hace mal a nadie”, ha apuntado.

Roma se ha despertado hoy desierta con las últimas medidas del Gobierno, que sólo dejan salir a la calle a la mayoría de italianos para acudir a hacer la compra al supermercado o a la farmacia. Además también están abiertos algunos servicios públicos esenciales como los bancos, las aseguradoras, el servicio postal, los transportes públicos y de mercancías, las gasolineras, los estancos o los quioscos, porque los diarios son considerados “una necesidad”. Pueden trabajar los mecánicos o los lampistas, esenciales. Las fábricas pueden permanecer abiertas, pero sólo las partes necesarias para garantizar la cadena de producción, así como las actividades agrícolas.

En cambio, quedan cerrados bares y restaurantes, que hasta ahora podían abrir hasta las seis de la tarde asegurando la distancia de un metro entre comensales. Sí que pueden enviar a domicilio. También bajan la persiana las peluquerías, centros de estética y demás tiendas. Hasta el momento, Italia ya había ordenado el cierre de cines, museos, teatros, discotecas, salones recreativos, y también escuelas y universidades. Además se ha prohibido cualquier tipo de concentración pública y ha suspendido los eventos deportivos.

Un refugio hoy abierto para los romanos eran las iglesias, aunque no se celebran misas, bodas ni funerales. Desde mañana tampoco les quedará eso a los fieles. El vicario del papa Francisco para la diócesis de Roma, el cardenal Angelo De Donatis, ha decidido que a partir de ahora y hasta el 3 de abril, siguiendo las recomendaciones gubernamentales, todos los accesos a las iglesias parroquiales quedarán cerrados.

En Roma se han cerrado todas las iglesias católicas por orden del Papa Francisco, a través del cardenal a cargo de la diócesis de Roma, Angelo de Donatis hasta el 3 de abril, en primera instancia.

En una declaración en el sitio web de la Iglesia de Roma, el Cardenal dijo que el cierre era necesario debido a un “sentimiento de pertenencia a una familia humana expuesta a un virus del cual aún no conocemos la naturaleza o cómo se propaga. Por lo tanto, los fieles están exentos de la obligación de cumplir con la celebración del domingo”.

“Estamos viviendo en una situación de salud tan grave que a cada uno de nosotros se nos pide que tengamos la máxima atención, porque cualquier imprudencia en la observación de las medidas de salud podría dañar a otras personas”, agregó.