El máximo exponente de la religión católica ha sido sometido a una prueba del coronavirus en la que salió negativa. La misma se realizó solamente por precaución ante el pánico que vive Italia y sus alrededores tras la pandemia en la que se ha convertido dicho virus.

El pasado domingo, el papa anunció que no participaría en los ejercicios espirituales de la Cuaresma con miembros de la Curia Romana por el resfriado, que en ese momento preocupaba con mucha razón.

El papa apareció en la audiencia del pasado miércoles ya algo resfriado y, por la tarde, celebró la misa para la imposición de la ceniza y la tradicional procesión desde la basílica de Santa Sabina a la Iglesia romana de San Anselmo, en la colina romana del Aventino.

Pero al día siguiente optó por permanecer en su Residencia de Santa Marta, en lugar de acudir a la liturgia penitencial con el clero de Roma en la basílica de San Juan de Letrán.

El coronavirus ha afectado Italia en gran medida hasta la fecha, sumando 52 muertos y hasta 2.036 personas infectadas, convirtiendo al país en una amenaza directa para los países de Europa.