La historia del equipo aurinegro es muy grande, y con ello se muestran los títulos de Liga Nacional que ha obtenido, pero desde la realidad de un presente muy complicado, las cosas no pintan como la afición y la ciudad de San Pedro Sula aspira.

La Máquina volvió a quedarse corto en una nueva final del fútbol hondureño, pese a ser el mejor equipo y el más regular a lo largo de la temporada, sobre todo con esa espectacular racha de 11 victorias consecutivas, la realidad es que en la etapa crítica volvió a fallar, como lo hizo hace un campeonato contra Olimpia.

Ayer sacó casta, juego e intensidad, lo que necesitaba para soñar con esa épica remontada en el estadio Olímpico, donde tenía que anotar 3 o más goles para coronarse monarca del fútbol hondureño. Sin embargo, se quedó corto y no alcanzó ese objetivo que lo ha dejado una vez más con las manos vacías.

Hace una temporada fue Olimpia que se consagró campeón derrotando a la Máquina y esta vez fue Motagua. Real España terminó líder de las vueltas regulares y pudo disputar el partido de vuelta de la Gran Final en su casa, pero no le ajustó para empatar ese complicado resultado ante una de las mejores defensas del balompié nacional.

Ahora es tiempo de hacer un profundo análisis de la situación del equipo aurinegro, que mantiene los sueños vivos pero a la hora de la verdad defrauda a la institución que representa y a los colores del gran equipo sampedrano.