El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, resaltó la necesidad de recibir los refuerzos de las vacunas, tras recuperarse del COVID y dar negativo en la prueba, con los síntomas completamente superados.

“Mi recuperación fue rápida y me siento muy bien”, dijo el mandatario en el jardín de la Casa Blanca, destacando que durante todo su aislamiento continuó trabajando sin interrupciones. Agradeció los buenos deseos y la atención del equipo médico.

“Ahora enfrentamos una nueva variante, la BA.5, muy transmisible de ómicron. Está infectando a mucha gente. Debemos tomar precauciones”, subrayó.

El dirigente demócrata, de 79 años, completó cinco días de aislamiento total y la mejora de su estado hace que ya pueda abandonar las estrictas medidas de aislamiento recomendadas hasta ahora. “Dados estos factores tranquilizadores, el Presidente suspenderá su estricto aislamiento”, escribió el médico presidencial Kevin O’Connor en un memorando, añadiendo que Biden ya había completado un curso de la terapéutica Paxlovid.

“Atravesé el COVID sin miedo con leves síntomas debido a estas herramientas. Son gratis y seguras. Los refuerzos de las vacunas. Todos los mayores de cinco años deben recibir un refuerzo. Los mayores de 50 deben recibir dos refuerzos. Yo lo hice”, apuntó.

El mandatario también comparó su caso con el cuadro que sufrió su antecesor, Donald Trump. “Debió ser llevado en helicóptero, estuvo severamente enfermo. Cuando yo tuve COVID, trabajé en las oficinas de arriba en la Casa Blanca. La diferencia es la vacunación. El mismo tratamiento que recibí está disponible para ustedes”

La Casa Blanca anunció el pasado jueves que Biden se había contagiado y el pasado sábado apuntó que, según los resultados preliminares, “probablemente” contrajo la subvariante BA.5 de la cepa ómicron, responsable de entre el 75 y el 80 % de los contagios de COVID en Estados Unidos.

El mandatario reiteró la importancia de mantener las medidas de precaución, aunque resaltó los avances en la lucha contra la enfermedad, que han permitido que las salas de emergencia no se saturen pese al gran incremento de contagios.