La selección asiática se midió a los líderes del grupo H, Portugal, y lograron una hazaña que quedará para la historia del mundiales al clasificarse a octavos de final de una forma impensada.

Portugal salió con varios suplentes con respecto al equipo que ha utilizado en los primeros dos juegos. En total fueron 6 cambios que puso el técnico Fernando Santos para enfrentar este juego.

Aún así la selección europea lograría ponerse en ventaja primero con una anotación muy rápida a través de Ricardo Horta al minuto 5 de juego.

Pero los coreanos reaccionarse de gran manera y empataron el juego con el gol del defensor Young-Gwon Kim para darle aires de esperanza al equipo que necesita ganarpor una diferencia de dos goles y que Uruguay no marque más en su partido ante Ghana.

La agonía se viviría sobre los minutos finales del juego donde Corea del Sur buscó siempre el gol que les daba la clasificación. La situación que se les presentó era la posibilidad de clasificar por tener mejor Fair Play, es decir, menos tarjetas amarillas sacadas en los tres juegos de la fase de grupos.

Sobre el minuto 91, los surcoreanos iban a lograr lo que nadie en el mundo se esperaba. Hee-Chang Hwang aprovecharía una jugada de contragolpe conducida por su estrella Heung-Min Son que le filtró un pase descomunal para marcar el gol de la clasificación.

Impensado era que unos minutos antes Uruguay había recibido una tarjeta amarilla a nada más y nada menos que Luis Suárez. Esa tarjeta amarilla era la diferencia para que los asiáticos se clasificaran a la siguiente fase con este resultado.

Los dioses del fútbol si existen y en este caso favorecieron a Corea del Sur, que jugará seguramente con Brasil en la fase de octavos de final.